viernes, 2 de julio de 2010

Melody of you....


Existen momentos en la vida donde nos replanteamos vivencias y experiencias pasadas. Muchas veces nos arrepentimos; otras veces expresamos "que bueno que se dio de esta manera" y otras lo recordamos con mucha nostalgia y/o melancolía.

De adolescente, las personas solemos ser idealistas, positivas y procuramos cambiar las crueldades del mundo a través de gritos de guerra y de actitudes revolucionarias. Es por ello que amo el Indie, ya que a través de un lenguaje tan bonito, como es este estilo musical, puedo expresar delicadamente esos años de furor y mis ganas de ser un agente de cambio social. Reflejo de mi vida.

Pero descubrí algo más. El Indie también es amor. Hubo una vez una persona que se sumergió en la cultura Indie y logró empaparme con este movimiento haciéndome escuchar bandas inéditas e ignoradas por el mundo. Usanza nuestra juntarnos por las tardes simplemente a escuchar música y librarnos en taciturnos y nostálgicos sonidos.

Una tarde lo invite a escuchar SIXPENCE NONE THE RICHER. ¡ Que momento fantástico aquel ! Increíble como disfrutaba las canciones, los sonidos y la voz de Leigh Nash. There she goes y kiss me hicieron que esta persona amara la banda y la calificara como una de sus favoritas. Pero sólo una melodía nos unía y nos identificaba.

Siempre nos decíamos que las distancias abismales que nos separaban no nos hacía querernos menos, todo lo contrario,era un desafío que estábamos dispuestos a asumir para hacer tangible lo que sentíamos. Nuestro puente era Sixpence...

Y es que esa banda tiene algo especial. Es romántica, dulce, cariñosa. Esa voz mitiga oídos y corazones y es imposible no rendirse y enamorarse de ella. Dibuja momentos que simulan ser perfectos. Escenas novelescas e ideales. Libera en su totalidad los ensueños adolescentes. Eso eramos justamente él y yo.

Sixpence era el punto de encuentro. Era aquel elemento que cortaba la brecha que la vida nos otorgó sin aviso. Nunca antes había experimentado tal sensación.

Con los años, nuestra utopía se desvaneció como la niebla. Enojo, ira y tristeza eran las emociones que reiteradamente se apoderaban de nosotros por no haber materializado nuestro idilio. Era impensable amar a una persona solamente escuchando Sixpence none the Richer....

Un día dejamos de hablar y desde ese entonces nunca más lo hemos hecho. Como dije anteriormente, existen momentos en la vida donde nos replanteamos vivencias y experiencias pasadas y cada vez que quiero recordarlo cierro los ojos y escucho Melody of You, su melodía favorita y la que me había dedicado en alguna lejana ocasión.

Y puedo asegurar que en esos momentos donde él quiere estar solo y meditar sobre vivencias pasadas, recuerda Kiss me, la canción que alguna vez le he regalado con mucho amor..




Permítanse dos minutos para escuchar esta canción. Es bellísima...

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